Certezas

No hay más que mirar en el fondo
de unos ojos que te quieren
para saber de qué trata la vida,
de qué están hechos los sueños,
a qué sabe esa Esencia de la que hablan 
los poetas en sus versos.
Cómo vivir valiente
sintiendo sin medida,
qué hay que saber para saber ser
(y estar y parecer).
La Fórmula para hacer brillar,
expresarse en un beso y renacer,
el sentido de toda esta locura,
el límite de la cordura
y por qué vale la pena luchar.

_

Dawn.

Era aquel verso de madrugada estrellado
un tierno amanecer desfilado de luz,
el fin de una noche de esas en que el silencio crepita.
Uno que descubría libertad en unos ojos eternos
capaces de despertar los pájaros que dormían en su alma.
_

La noche es sentir.

La noche viste de poesía

A los corazones que beben del olvido;

Lenta y brillante se cierne como un manto dormido

Y clava broches de diamante al firmamento.

La noche abraza despacio

A quienes se diluyen en la prisa;

Con el ceniciento y blando arrullo de la brisa

Recoge en su vuelo pensamientos que emigran.

La noche purpúrea siente

Los cárdenos latidos en el pecho;

Lumbre se vuelve, envuelve, enciende,

Prende su luz en la fría espesura del invierno.

La noche canta profunda

Y acuna en la niebla sonetos sin nombre;

Hace cuajar en el alma las luces de cobre

De un crepúsculo que nunca acaba. 

_

Haikus, parte I.

_Mizon

“Una cuerda pulsada.

Viento entre los hilos de lluvia,

Corriendo a través del monzón.

Campos de arroz en silencio."

Blue_

"Océanos dormidos en silencio

Emoción contenida

Marea ascendente, adrenalina

Pensamientos líquidos en las mejillas.”

_Otoño

“Tardes acariciantes

Despedidas apresuradas

Lumbre en el corazón.”

Épica

Que el viento cabalgue en mis cabellos,

que la luna se cuele entre mis dedos,

que los fuegos ardan y las llamas quemen,

que estallen tormentas y truenen los cielos;

Nada ni nadie me verá presa de ellos.

Ante el clamor del olvido, despertó mi alma;

enraizó el coraje, y empuñó la calma,

obnubiladas pupilas rechazaron el agua, 

se volvieron valientes, sin sed de venganza.

Que el mar ruja libre en los peñascos,

ábrase la tierra y se alcen limpias manos,

que muera entre cenizas el orgullo,

que los pensamientos huyan y se esparzan en el humo;

Nadie ni nada silenciará mi arrullo.

Me perderé en los bosques, amaré la niebla,

nombraré los vientos, al fuego y la piedra,

libraré batallas que el tiempo no conoce,

sempiterno será mi canto en los brazos de la noche.

Noches de mayo

Somos tan extraños y mutuos al dolor que abrazamos, que somos el osado reflejo de un sueño; y abusamos de las palabras, cuando somos ajenos el uno al otro, cuando el suspiro no calma la piel y una mano el corazón no toca.

Lejos del muchacho obligado a la luna, recoge las calles y las noches. Que la marea llegue a tu arena y que el viento recoja tus hojas. Que cuando la brisa devuelva tu perfume a mi mano, ilumine de fábulas mi verdad.

Pero aquí abajo el tiempo desfila sus más alegres trazos, aquí abajo el horizonte no se entrega al sordo mar, aquí abajo el miedo no es un fruto amargo. Cada lluvia agita tus huellas con más violencia, sacude mi esperanza a prueba de olvidos. En mayo regresa el viejo enigma, el deseo insondable de ti, y una vida que fluye sonámbula en tu ausencia.

Pasan las verdes primaveras y se agotan las danzas en el cielo, una mirada que se duele, sabiéndose náufraga al no encontrarse en tus ojos. El aire nocturno advierte que te has tornado verano, que tus sabores son ahora extraños y que ya no reclamas tu paz.

Eterna primavera

Entre llamas ardemos por la violencia del silencio. Coge la vida, coge el fuego blanco entre mis manos, mientras se llueve de estrellas la estéril noche, y el tiempo agita su dulce presencia. 

Quién podría creer la suerte de mis ojos, encontrarse torpe en el aire una mirada despojada de secretos, desnudándonos, descubriéndonos el uno al otro. 

Yo creí verte detrás de esa cortina, creí arrojarnos a ese mismísimo silencio. Allí permanecimos como un grito, cerramos nuestros ojos en voz baja, y mi sombra cansada se deslizó tras de mí. 

Cuando el sueño me abrace, roba mi mano, no soy extraño a los latidos de tu corazón nuevo, no soy ajeno a tu nostálgico abrazar. Que gima el tiempo ahora en mi paz, que yo dejaré mi amor ardiendo, por siempre, en los vientos caprichosos de tu azar.

Me cuesta creer que el placer de tu presencia será tristeza por la mañana, que cuesta creer que en tus ojos dormidos estén aún vivos mis recuerdos, que cuesta creer que ese amor que destilas, que esa remota sonrisa que me destinas no es el desnudo de tu verde mirar. 

Ella duerme ahora, duerme y despierta sus sueños, al amanecer recogerá su beso y sus días, y dejará los cansados deseos tendidos en el balcón. 

Composure

Entre rostro y rostro, queda solo silencio.

Silencio de lunas ausentes,

distancias incandescentes,

memoria fiel, insalvable,

pensamiento subyacente

en los ecos del invierno.

Hoy no queda nada más

que cielos más que lejanos

que ven emigrar mis manos

hasta tu invisible faz

intocable, inalcanzable,

inspiración de compases

y diluvios destemplados.

Entre suspiro y suspiro se nos cuela la poesía;

rimas que, cual la noche el alba ansía;

fugaces salen en curiosa melodía,

desordenadas notas en sugerente armonía

expresan el bucólico sentido de mis días.

Jugando a olvidarte

Vago pasado recuerda una noche más arrepentida, días grises colgados en tus cabellos, llorando tu piel brotes de mermelada y sangre. Descanso mi cabeza en mil y un lechos, jugando a ver cuán lejos puede llegar un hombre sin su ser. En el último toque de media noche, descansé mis días sentado en una silla, contando uno a uno cada verso errado. Contando que en cada arremetida tus ojos lucían la encina de mis rimas, llorando los vagos recuerdos, los días no vividos, las noches eternas...Recuerdos, nada más.

En este pecado presente recupero las noches de descubrimiento perdidas entre los sentidos, recuerdo el aire que nos embriaga su sabor a miel, con los besos de otros labios buscando la fricción de tu piel, con los ojos cerrados para no abrirlos y no ser tú. Un día conocí unos labios que se confundían con los tuyos, labios ajenos que no conocían mi agonía. Por un momento su silueta bailó como lo harías tú, suave y bella, odiando más si acabe hacerle el amor a no más que una sombra de lo que fuimos.

El vaivén de la humedad temblaba y tiritaba bajo el Monte de Venus, camino que recorrimos entre espinas, donde un día tus pétalos curaban de pesares mis heridas. Un gemido en la garganta y una desconocida mirada ponían fín a un arrebato más, uno más en el sordo hábito de no olvidarte, ignorando las manos que buscan cruzarse y enredarse de extremo a extremo.

Pensamientos subjuntivos

Escondrijo de miradas y de ideas,

nido de misterios y certezas;

Si hasta tí llegara el viento que arrebata mis palabras

en vez de perderse entre los ecos

de un crepúsculo que nunca acaba;

Si llegara mi silencio hasta el rincón del alma

donde habitan los secretos...,

esta noche sería mucho más larga,

y la tinta de estos versos estaría mucho más seca;

plácidamente escucharía el cantar del arpa sinuosa

precediendo los compases de una lira más hermosa,

que reflejara verdades y no palabras ilusorias

como las que adormecen mis sentidos

esta tarde destemplada y silenciosa.

Si tus susurros llegaran, como un soplo, dulce beso a mis oídos;

si el ceniciento aroma de los pensamientos imbuyera mis latidos;

Si aquel ''nosotros'' incompleto,

no estuviera en dos mitades escindido;

Si tus pupilas no figuraran las puntadas de un diamante contra el cielo...,

entonces no tendría vida mi verso,

ni tendría rima mi canto,

ni tendría sentido el día,

no sabría si es real eso que llaman... poesía.

Besos de luna

Bajo el oscuro mirar de la luna, cerró sus ojos claros.

El sol quedó en el balcón, encerrado.

Bajo el ligero susurro de un beso asustado,

 se cerró el telón de sus labios.

Escuchaba el temblar de sus deseos,

el miedo tiritando en su sien.

Despacio, para deslizarme en su fricción.

Suave, para no desteñir el escalofrío de su piel.

Besos presos de mi arrojo y su coraje, 

labios difíciles de ceder y que después se ofrecen.

Escurriéndose entre beso y beso, un deseo,

palabras más rojas que sus labios parecen.

Besos fabricados en mis años, 

en modos, longitudes y tamaños

Que nadie fue capaz de merecer.

RIMA XVI

Si al mecer las azules campanillas

de tu balcón,

crees que suspirando pasa el viento

murmurador,

sabe que, oculto entre las verdes hojas

suspiro yo.

Si al resonar confuso a tus espaldas

vago rumor,

crees que por tu nombre te ha llamado

lejana voz,

sabe que, entre las sombras que te cercan,

te llamo yo.

Si se turba medroso en alta noche

tu corazón,

al sentir en tus labios un aliento

abrasador,

sabe que, aunque invisible, al lado tuyo

respiro yo.  

Se inspiró: Gustavo Adolfo Bécquer

Existencia.

Las horas transcurren lentas, y los minutos inciertos

esperando una mirada tuya que me dé el aliento

o palabras serenas que me libren del hastío

que hizo morir poco a poco este corazón vacío.

Extraña será la noche que no pregunte a la luna

si las esperanzas mienten, o serás tú mi fortuna;

Con la almohada por testigo y una lágrima furtiva

me callo con la promesa de quererte mientras viva,

sellando así un ''para siempre'' que el alma jamás olvida,

...y con tu nombre en los labios, al fin, el sueño me convida.

El beso

¿Qué es un beso?

Hablábamos de un beso,

la palabra es dulce.

En realidad un beso ¿qué expresa?

Un juramento cercano,

una promesa sellada,

un amor que se quiere confirmar,

un acento invisible sobre el verbo amar,

un secreto que confunde la boca con las orejas,

un instante infinito, un murmullo de abejas;

Un sabor dulcísimo, una comunión,

una nueva forma de abrir el corazón;

de circuncidar el borde de los labios

hasta llegar al...alma.

                                                        (Se inspiró: Cyrano de Bergerac)

Réquiem.

Decido en este instante inerte, despedirme

y renunciar a aquella voz que, ausente, 

en la conciencia, punzante y dolorosa me revive.

Veo mi reflejo en tus ojos -dulce abismo-,

mientras los míos se cierran para siempre

y en un suspiro solo puedo darte el alma,

entregar mi vida entera a tu espejismo.

Mi ser ya no responde, ángel mío, 

al clamor de mis entrañas

en la lucha sin reposo

por devolverte la última mirada,

aunque no respiro más que tu aliento manso y frío.

Mis arterias ceden, son vencidas

por el hondo palpitar furioso

de un corazón que aún te quiere

y que poco a poco siente

que aunque afuera brille el sol, por dentro llueve.

La sangre, fugitiva

eleva mis sentidos hasta un cielo

donde no hay ya coches ni farolas,

donde no hay noche, mar, ni olas,

donde los pájaros no cantan,

donde la ciudad se extingue entre la prisa,

donde el ceniciento y blando abrazo de la brisa

hace más profundo mi desvelo.

Tu fragancia se disipa

para siempre en mi memoria;

ya no pienso, ya no existo...,

eres mi único impulso hacia la gloria

y hoy me muero entre tus manos...,

Mi vida se desvanece, mas no en vano:

mi único destino fue el haberte amado.