lunes, 30 de septiembre de 2013

Réquiem.

Decido en este instante inerte, despedirme
y renunciar a aquella voz que, ausente, 
en la conciencia, punzante y dolorosa me revive.
Veo mi reflejo en tus ojos -dulce abismo-,
mientras los míos se cierran para siempre
y en un suspiro solo puedo darte el alma,
entregar mi vida entera a tu espejismo.

Mi ser ya no responde, ángel mío, 
al clamor de mis entrañas
en la lucha sin reposo
por devolverte la última mirada,
aunque no respiro más que tu aliento manso y frío.
Mis arterias ceden, son vencidas
por el hondo palpitar furioso
de un corazón que aún te quiere
y que poco a poco siente
que aunque afuera brille el sol, por dentro llueve.

La sangre, fugitiva
eleva mis sentidos hasta un cielo
donde no hay ya coches ni farolas,
donde no hay noche, mar, ni olas,
donde los pájaros no cantan,
donde la ciudad se extingue entre la prisa,
donde el ceniciento y blando abrazo de la brisa
hace más profundo mi desvelo.

Tu fragancia se disipa
para siempre en mi memoria;
ya no pienso, ya no existo...,
eres mi único impulso hacia la gloria
y hoy me muero entre tus manos...,
Mi vida se desvanece, mas no en vano:
mi único destino fue el haberte amado.




4 comentarios:

  1. Cielos, es impresionante, me he quedado boqui abierto ante tanta perfección hecha letra... sinceramente tus emociones son enormes y puras, puedes confiar en quedarte por siempre si algún día fueras una letra.♥

    ResponderEliminar
  2. Gracias Nicholas! :) Aún así, mis palabras nunca llegan a formas cosas tan bonitas como las que escribes tú.
    Me encanta que te hayas pasado a comentar, me ha hecho mucha ilusión. Vuelve siempre que quieras! Lisonjero y yo intentaremos subir poemas con frecuencia ^_^

    ResponderEliminar
  3. Vaya! Muy bueno, me ha gustado bastante.
    Espero que sigas/sigáis con esta frecuencia e inspiración :)

    ResponderEliminar

¿Te unes a la acción poética? Venga, inspírate y comenta algo...